La obsesión por el arte puede llegar a convertirse en una enfermedad peligrosa. Un cruce infinito entre vida y arte es lo que conduce a Dorian Gray, el personaje de la única novela de Oscar Wilde, a un continuo descenso moral. Empecé a leer El retrato de Dorian Gray el fin de semana de un otoño surcarolino. Me obsesioné con la riqueza de la prosa con el mismo entusiasmo con el que su protagonista lee À rebours de Joris-Karl Huysmans, aunque con mayor distancia y ojo crítico porque, a pesar de todo, la literatura puede ser, de tomarse muy en serio, un arma de doble filo. Sin embargo, a lo largo del tiempo me he topado con personas que sí se toman la literatura en serio, mejor dicho, lo que ella y el arte cuentan. No critico ese entusiasmo tan valioso que es fuente de vida de todo escritor: la obsesión por escribir, sin duda, es un componente fundamental. Me refiero, ...
La novela en tres volúmenes, temerosamente llamada Triple Decker Novel, fue la predilecta de los lectores ingleses. El formato enganchaba rápidamente y las bibliotecas las alquilaban a un precio accesible. El mercado editorial inglés llegó a su auge a fines del siglo XIX, pero esta modalidad acabó apenas las bibliotecas pasaron a ser públicas y gratuitas. George Gissing publicó la última de estas novelas: New Grub Street (1891). Durante mucho tiempo, la literatura de George Gissing ha sido relegada a los oscuros rincones de los estantes por su asociación con el naturalismo francés de Emile Zola, con el decadentismo, con la vida bohemia. Asociaciones que provocaban el escándalo. En Inglaterra tuvo gran impacto. Cuando Arthur Symons, influyente crítico de arte y poeta, escribió que los decadentes hicieron del arte un “bazar de leprosos”, ya era tarde, el decadentismo estaba por todas partes. New Grub Street atraviesa estos callejones oscuros de la novela del fin-de-siècle, de los años en...