La vida de un autor impacta directamente sobre su obra: las condiciones materiales, el contexto social o el tiempo que le toca vivir no solo son elementos anecdóticos y de segundo orden. Los diarios de escritores revelan cómo y en qué momento urdieron sus universos narrativos. No solo esto, en muchos casos, esa obra abierta se convierte en inspiración para otras formas expresivas que continúan ampliando la vida intelectual del escritor. Y este es el caso del chileno José Donoso y de sus setenta y siete cuadernos escritos a lo largo de cinco décadas, los que años después fueron el motivo de otro libro conmovedor, esta vez de su hija adoptiva: Pilar Donoso. A juicio de Julio Ramón Ribeyro, los diarios no forman parte de ese cuerpo literario de la tradición española ni hispana, a diferencia de la literatura inglesa con notables ejemplos como los de Michael Field o Virginia Woolf. Escritos que, en sí mismos, valdrían más que algunos de sus propios libros. Pero mi intenc
Las cartas de Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez revelan la construcción íntima de sus amistades, y son la punta de iceberg de lo que sucedía en una época en la que sus carreras como escritores no solo iban en ascenso meteórico, sino en la dirección de expandir la literatura latinoamericana hacia Europa y Estados Unidos. El género epistolar —antaño tan indispensable en la vida cotidiana—, era una práctica que se debía de dominar si uno quería causar la mejor impresión en su destinatario, y quizás único lector. La estructura, la extensión y el estilo revelaban el cuidado de su autor. Era todo un arte en sí. Y es por esto que cuando se publica un texto recopilatorio como Las cartas del Boom (2023), solo queda celebrar. La carta inaugural fue la que Carlos Fuentes le dirigió a Julio Cortázar, fechada el 16 de noviembre de 1955, escrita en México con destino París. Su emisor pide una colaboración al escritor argentino, quien ya gozaba